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Sentinel-2 captura la decoloración de los corales
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Sentinel-2 captura la decoloración de la Gran Barrera de Coral

26/05/2017 1665 views 13 likes
ESA / Space in Member States / Spain

A principios de este año, los científicos observaron una decoloración en la Gran Barrera de Coral australiana empleando imágenes por satélite. Aunque en el pasado no era fácil capturar estos fenómenos desde el espacio, ahora es posible gracias a las pasadas frecuentes y a la resolución de Sentinel-2. 

Los corales de la Gran Barrera han sufrido dos episodios de decoloración en años seguidos. Los expertos están muy preocupados por la capacidad de supervivencia de los corales, dada la mayor frecuencia de estos fenómenos provocados por el calentamiento global.

La decoloración se produce cuando las algas que viven en los tejidos de los corales, que captan la energía del Sol y son esenciales para la supervivencia de estos, son expulsadas debido a las altas temperaturas del agua.

Así, los corales decolorados pueden morir, lo que tiene consecuencias sobre el ecosistema del arrecife y en la pesca, el turismo regional y la protección de las costas.

La decoloración de un coral puede prolongarse hasta seis semanas. Aunque los corales pueden recuperarse, también pueden morir o recubrirse de algas. En este último caso, vuelven a oscurecerse, por lo que son difíciles de distinguir de los corales sanos en las imágenes por satélite. Esto hace necesario monitorizar los arrecifes de forma sistemática y frecuente, para poder identificar las decoloraciones desde el espacio.

Tras estudiar las imágenes capturadas por Sentinel-2 al sobrevolar los arrecifes entre enero y abril, los científicos del proyecto Sen2Coral de la ESA vieron áreas probablemente coralinas que se iban volviendo de un blanco brillante para luego oscurecerse de nuevo. 

Serie cronológica de los corales capturados por Sentinel-2
Serie cronológica de los corales capturados por Sentinel-2

El fenómeno se confirmó gracias a dos fotografías sucesivas realizadas en febrero, que indicaban una duración aproximada de la decoloración de al menos diez días.

“En general, interpretar los cambios es ambiguo. No podemos precipitarnos y concluir que el brillo indica una decoloración, ya que el brillo de cualquier punto de un arrecife puede variar de una imagen a otra por muchos motivos, debido a cambios tanto del agua como del fondo marino”, explica el doctor John Hedley, director científico de Sen2Coral.

El doctor Chris Roelfsema, del Centro de Investigación de Detección Remota de la Universidad de Queensland y director del Great Barrier Reef Habitat Mapping Project (proyecto de cartografiado del hábitat de la Gran Barrera de Coral), ha llevado a cabo campañas de campo en la zona, recopilando miles de imágenes geolocalizadas de los corales en enero y nuevamente en abril. Estas se utilizaron para confirmar las observaciones de los satélites.

“Por desgracia, en las zonas donde se aprecia decoloración, la abundante cubierta de coral observada en enero había sido sustituida en su mayor parte por algas y solo se apreciaban algunos ejemplares de coral que habían sobrevivido. Las imágenes y los datos de campo sugieren que esta área se ha visto fuertemente afectada”, concluye.

Como este tipo de decoloraciones suelen monitorizarse manualmente —mediante la observación desde el aire o con equipos de buceo—, no se está haciendo un seguimiento eficaz de numerosos arrecifes del mundo. 

Resultados de la campaña de campo
Resultados de la campaña de campo

La decoloración también resulta difícil de vigilar con imágenes por satélite debido a las constantes variaciones en el agua suprayacente y a otros cambios en el fondo marino, como las floraciones de microalgas.

La frecuente recaptura de las imágenes por parte de Sentinel-2 permite excluir estas variaciones y ayuda a detectar los fenómenos de decoloración antes de que la recuperación de los corales o el crecimiento de algas haga que la zona vuelva a oscurecerse.

Ahora que los dos satélites de Sentinel-2 están en órbita, la misión puede contribuir significativamente a comprender mejor las presiones que los arrecifes coralinos sufren a escala global.

“Sentinel-2 constituye un punto de inflexión para la detección remota de arrecifes de coral: la combinación de pasadas frecuentes y resolución espacial nos permite ver cosas realmente nuevas”, admite el doctor Hedley.

“Ahora que sabemos que la decoloración puede verse en imágenes, el reto es producir software fiable que pueda cartografiarla o cuantificarla”.

“Este debe tener en cuenta todas las fuentes de variación temporal y, muy importante, el grado de incertidumbre de los métodos. Además, los métodos deben ser abiertos para que los científicos puedan interpretar los resultados”.

Para lograr este objetivo, el proyecto Sen2Coral de la ESA está creando una conjunto de software para aplicaciones relacionadas con los arrecifes de coral y se espera que esté disponible en el conjunto de herramientas SNAP de código abierto a finales de este año. 

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