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Los satélites demuestran su potencial para predecir el desplazamiento de las nubes de cenizas volcánicas

27/05/2011 492 views 0 likes
ESA / Space in Member States / Spain

No es fácil predecir cómo evolucionará una nube de cenizas volcánicas, pero los satélites indican que es bastante improbable que la erupción del volcán islandés Grímsvötn cause trastornos al tráfico aéreo sobre Europa.

La Oficina Meteorológica de Islandia informa que la erupción del volcán Grímsvötn ya se encuentra en su fase final, y no emite cenizas desde el miércoles por la tarde.

El volcán Grímsvötn, situado al sudeste de Islandia, entró en erupción el pasado día 21 por la tarde, forzando la cancelación de unos mil vuelos con origen o destino en el norte de Europa.

Aunque esta erupción es de mayor magnitud que la del volcán Eyjafjallajoekull en mayo de 2010, los satélites indican que no supone una amenaza para el tráfico aéreo.

Los satélites constituyen una plataforma excelente para monitorizar el desplazamiento, la extensión y la concentración de las nubes de cenizas volcánicas.

Nube de cenizas al norte de Escocia el día 24 de mayo
Nube de cenizas al norte de Escocia el día 24 de mayo

Los satélites geoestacionarios, como los de la serie Meteosat, operada por Eumetsat, son de gran utilidad para monitorizar la evolución de las nubes de cenizas, al enviar imágenes actualizadas cada 15 minutos.

La animación en la parte superior de este artículo ha sido generada por el Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos (KNMI) con los datos enviados por el instrumento SEVIRI a bordo del satélite europeo MSG-2 (Meteosat de Segunda Generación). En ella se puede observar la evolución de la nube de cenizas volcánicas sobre Escocia y la península Escandinava a lo largo de la semana.

Los satélites en órbitas polares corroboran los resultados.

Concentración de aerosoles entre los días 22 y 25 de mayo (SCIAMACHY)
Concentración de aerosoles entre los días 22 y 25 de mayo (SCIAMACHY)

El instrumento óptico MERIS, a bordo del satélite de la ESA Envisat, fotografió la nube de cenizas los días 24 y 25 de mayo, cuando ésta se encontraba entre Islandia y Escocia. Sus resultados son consistentes con los obtenidos por el instrumento SEVIRI desde la órbita geoestacionaria.

El sensor SCIAMACHY, también a bordo de Envisat, estudia la concentración de aerosoles en la atmósfera. Sus observaciones también confirman que SEVIRI ha sido capaz de detectar con precisión la nube de cenizas volcánicas.

Las observaciones realizadas desde aviones e in situ han permitido comprobar la validez de los modelos matemáticos utilizados para predecir el desplazamiento de las cenizas a partir de los datos recogidos por los satélites.

Predicción de la dispersión de cenizas realizada el día 23 de mayo
Predicción de la dispersión de cenizas realizada el día 23 de mayo

Esta experiencia ha servido para demostrar cómo las observaciones realizadas por los satélites son de gran ayuda a la hora de predecir los patrones de dispersión de las nubes de cenizas volcánicas.

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