Herschel resuelve el misterio del agua de Júpiter

Emplazamiento del impacto del cometa Shoemaker-Levy 9

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24 abril 2013

Júpiter, el mayor planeta del Sistema Solar, está compuesto principalmente de hidrógeno y helio. Se ha detectado que contiene cantidades muy pequeñas de agua en su atmósfera superior, pero, hasta ahora, nadie estaba seguro de su procedencia. La respuesta a este largo misterio la ha ofrecido el observatorio espacial Herschel de la ESA, el telescopio de infrarrojo más sensible jamás lanzado. Herschel ha encontrado pruebas concluyentes de que el agua procede de varios impactos de cometas que produjeron en julio de 1994.

Las colisiones con otros cuerpos son una amenaza continua para los planetas del Sistema Solar, incluida la Tierra. Sin embargo, los científicos han podido observar muy pocos impactos. La primera observación directa de un evento de este tipo ocurrió en Júpiter, hace 19 años. Los astrónomos observaron con asombro como 21 pedazos del cometa Shoemaker-Levy 9 penetraron en la atmósfera superior del planeta y explotaron.

Agua en el hemisferio sur de Júpiter

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El Observatorio Espacial de Infrarrojo de la ESA, lanzado en 1995, fue el primero en detectar y estudiar el agua de la atmósfera superior de Júpiter. Los científicos fueron capaces de excluir una fuente interna, es decir de agua que pudiera subir desde capas inferiores del planeta. Pero, si el agua vino de fuera, ¿cuál fue su origen?

Se pensó que el cometa Shoemaker-Levy 9 pudo haber sido el origen de esta agua, pero faltaba la prueba directa. Ahora los sensibles detectores infrarrojo de Herschel han resuelto el misterio. El observatorio espacial ha descubierto una cantidad 2-3 veces mayor de agua en el hemisferio sur de Júpiter que en el hemisferio norte. Las trazas de agua sólo se encuentran a gran altura y la mayor parte se concentra en torno a los emplazamientos de los impactos de los cometas de 1994.

La misión JUICE de la ESA tratará de obtener observaciones más detalladas de los gases que componen la atmósfera masiva de Júpiter, cuyo lanzamiento está previsto en 2022.