Los mosquitos y la malaria

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La malaria mata entre 1 y 2 millones de personas cada año. Esta enfermedad mortal es propagada por los mosquitos transmitiéndola de una persona infectada a una persona sana. Así, cuando el mosquito pica a una persona le transmite un parásito que se deposita en su sangre. Disponemos de medicamentos para combatir esa infección, pero con frecuencia son demasiado costosos para muchos países en África y otras regiones del mundo.

Aunque la mayoría de las muertes ocurren en países poco desarrollados, la malaria fue común en un tiempo en Europa. Algunos científicos consideran que el calentamiento global podría favorecer la reaparición de la malaria.

Es probable que este problema siga empeorando a menos que encontremos nuevas formas de combatir esta enfermedad. Por fortuna, la tecnología espacial puede ofrecer medios para defendernos de esta plaga asesina.

La clave consiste en desarrollar sistemas de alerta temprana para la malaria. Esto sólo puede lograrse reuniendo más conocimientos acerca de las condiciones que se presentan simultáneamente en el momento en que ocurre un gran brote de malaria.

Con ayuda de los datos recopilados a través de los satélites, los científicos están comenzando a obtener mapas detallados de precipitaciones, temperaturas, aguas superficiales y manto vegetal. Todos estos factores influyen en el ciclo de reproducción y en el número de mosquitos.

Por ejemplo, el aumento de las lluvias y de las temperaturas provocó brotes de malaria al incrementarse la cantidad de mosquitos. Al saber dónde y cuándo se suele iniciar la malaria, los científicos podrán prevenir brotes futuros.

Última modificación 12 enero 2011

Proteger la naturaleza