De combustible de los cohetes a coches no contaminantes

Motor de combustión de hidrógeno líquido

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07 noviembre 2012

El hidrógeno, el gas más ligero, es el elemento más común del universo. Arde de forma extremadamente fácil en presencia de oxígeno. El hidrógeno se ha utilizado en los lanzadores europeos Ariane 5 ya que es un excelente combustible para cohetes, aunque su almacenamiento resulta complicado. Se debe conservar en depósitos de doble pared a temperaturas muy bajas, y debe llegar hasta los motores del cohete por medio de tubos sellados herméticamente.

Los avances recientes logrados por una empresa austríaca permiten pensar que el hidrógeno también puede convertirse en el combustible preferido para el futuro transporte por carretera, resolviendo el problema de cómo crear coches menos contaminantes. Esta empresa, junto con el fabricante de automóviles alemán BMW, ha adaptado la tecnología presente en los cohetes para desarrollar depósitos de almacenamiento de hidrógeno lo suficientemente pequeños como para caber en el maletero de un turismo. En el año 2007, esta de investigación condujo al nacimiento de un coche de serie, el BMW Hydrogen 7, que puede utilizar hidrógeno o gasolina como combustible. ¡En esencia la única emisión procedente del vehículo es vapor de agua totalmente inofensivo!

Depósito de combustible de hidrógeno de un vehículo

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Uno de los mayores desafíos fue diseñar del depósito de combustible. Para poder almacenar el hidrógeno en su forma líquida es necesario mantenerlo a -253 ºC. En lugar de utilizar un sistema de refrigeración constante, los vehículos BMW Hydrogen 7 almacenan 114 litros de hidrógeno líquido en depósitos con un gran aislamiento. El aislamiento de los depósitos, que equivale a una capa de 17 m de espesor de espuma de poliestireno, puede mantener la temperatura del hidrógeno durante casi dos semanas.

Todavía existen algunas cuestiones que se deben solucionar antes de que los coches propulsados por hidrógeno se conviertan en algo común. Una de ellas es la falta de puntos de abastecimiento de combustible. Otra es la pérdida de hidrógeno líquido cuando se calienta y se convierte lentamente en gas. Por ejemplo, un conductor que deje su coche en el aeropuerto durante dos semanas, tendría un depósito de combustible vacío al regresar. Sin embargo, hay señales claras de que los vehículos limpios impulsados por hidrógeno son el futuro de una conducción sin contaminación.

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