La salud de las plantas
Uno de los mayores retos de nuestra sociedad es garantizar la explotación sostenible de los recursos de nuestro planeta sin descuidar las necesidades de una población en continuo aumento – que podría alcanzar los 8.000 millones de personas en el año 2020.
El Servicio de Monitorización de las Tierras del Programa Copérnico recopilará datos que nos ayudarán a hacer frente a grandes retos como éste, a una gran variedad de cuestiones locales y regionales, y a los problemas específicos de las zonas más amenazadas de nuestro planeta.
Sentinel-2 es una pieza clave de este servicio, ya que será capaz de observar de forma periódica y frecuente una misma zona, recogiendo datos de alta precisión que estarán disponibles puntualmente.
Cuando los dos satélites que forman esta misión estén operativos, el tiempo de revisita será de apenas cinco días (diez días sólo con Sentinel-2A). El amplio rango de bandas espectrales de la misión permitirá monitorizar con facilidad cómo evolucionan la salud y el crecimiento de las plantas.
Hasta ahora, no existía una fuente de imágenes de alta resolución de Europa libre de nubes, en las bandas espectrales adecuadas y con la frecuencia necesaria para monitorizar el crecimiento de la vegetación durante periodos cortos de tiempo, como durante los meses de verano. La misión Sentinel-2 suplirá esta carencia.
La cobertura de sus 13 bandas espectrales, que abarcan desde el visible y el infrarrojo cercano al infrarrojo de onda corta, con resoluciones espaciales de entre 10 y 60 metros, llevarán los servicios de monitorización de las tierras a un nivel sin precedentes.
De hecho, Sentinel-2 es la primera misión óptica de observación de la Tierra en incorporar tres bandas en el ‘borde rojo’, que proporciona información fundamental sobre el estado de la vegetación.
Las imágenes obtenidas por Sentinel-2 permitirán distinguir entre los distintos tipos de cosechas y obtener un gran número de parámetros esenciales para monitorizar con precisión el crecimiento de las plantas, tales como el índice de área foliar o los contenidos de clorofila y de agua en las hojas.
Este tipo de información ayudará a tomar decisiones informadas a todos los niveles – ya sea para decidir cuánta agua o fertilizante se necesita para optimizar una cosecha como para definir estrategias para la mitigación del cambio climático.
Estos datos tienen repercusiones económicas evidentes, pero también serán de gran importancia para los países en vías de desarrollo en los que la seguridad alimentaria sigue siendo un gran problema.
