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Rosetta y Philae: primer aniversario del aterrizaje en el cometa

12/11/2015 2652 views 15 likes
ESA / Space in Member States / Spain

Un año después del histórico aterrizaje de Philae sobre la superficie del cometa, el equipo de la misión todavía guarda esperanzas de reestablecer el contacto con la sonda. Mientras tanto, ya se está preparando el épico final de la misión: Rosetta impactará de forma controlada con el cometa el año que viene.

Rosetta llegó al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko el 6 de agosto de 2014. Tras realizar un primer reconocimiento para seleccionar el lugar de aterrizaje más adecuado, Philae se separó de la sonda y se posó sobre la superficie del cometa el 12 de noviembre. 

Philae aterrizó en la región Agilkia como estaba previsto, pero no logró anclarse al cometa y rebotó hacia la zona de Abidos. Su trayectoria queda representada en esta animación, en la que se han utilizado los datos recogidos por Rosetta y Philae para reconstruir la orientación y la rotación del módulo de aterrizaje. 

A lo largo de este último año, se ha realizado un minucioso análisis de este inesperado rebote.

Mosaico anotado de la región Agilkia
Mosaico anotado de la región Agilkia

Philae contaba con tres métodos para fijarse al cometa: tornillos de hielo, arpones y un pequeño motor. Los tornillos habían sido diseñados pensando que la superficie de 67P sería relativamente blanda, pero el terreno en Agilkia resultó ser demasiado duro para que esta técnica funcionase. 

Los arpones eran capaces de anclar el módulo a un terreno duro. Se dispararían al entrar en contacto con la superficie, mientras un pequeño motor empujaba al módulo hacia abajo para contrarrestar el retroceso del disparo. 

Los intentos para activar este motor la noche antes del aterrizaje habían fracasado: probablemente debido al fallo de una junta o de uno de sus sensores. 

Más tarde, en el momento del aterrizaje, los arpones no se dispararon. “Pensamos que el problema fueron los cuatro ‘puentes explosivos’ responsables de detonar los arpones, o el explosivo en sí, que se podría haber deteriorado durante el viaje al cometa”, explica Stephan Ulamec, responsable del módulo Philae en el Centro Aeroespacial Alemán (DLR). 

“No obstante, si conseguimos reestablecer el contacto con Philae, intentaríamos disparar los arpones de nuevo”. 

El motivo sería puramente científico, ya que los arpones tienen unos sensores diseñados para medir la temperatura en el subsuelo del cometa.

El sonido de Philae perforando la superficie del cometa
El sonido de Philae perforando la superficie del cometa

A pesar de su imprevisto rebote, Philae consiguió completar el 80% de su primera secuencia de actividades científicas antes de entrar en modo de hibernación el día 15 de noviembre, cuando se agotó su batería principal. La iluminación solar en el nuevo punto de aterrizaje no era suficiente para recargar las baterías secundarias, un aspecto clave para poder continuar con las observaciones. 

Se esperaba que a medida que el cometa se aproximase al Sol, de camino hacia el perihelio, punto que alcanzó en agosto de este año, Philae recibiría suficiente energía para volver a activarse. De hecho, se estableció contacto con el módulo el 13 de junio, pero sólo se pudieron realizar ocho contactos intermitentes entre esta fecha y el 9 de julio. 

El problema fue que la mayor proximidad al Sol también provocó el aumento de la actividad del cometa, forzando a Rosetta a alejarse varios cientos de kilómetros por motivos de seguridad, más allá del alcance de la radio de Philae. 

No obstante, ahora que la actividad del cometa está decayendo, Rosetta se ha empezado a acercar de nuevo. Esta semana se situó a 200 kilómetros del cometa, el límite para establecer contacto con Philae, y hoy descenderá hasta una cota de 170 km.

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El descenso de Philae, la versión del director
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Mientras tanto, el equipo a cargo del módulo de aterrizaje ha estado analizando los datos descargados durante los contactos de junio y julio para intentar determinar el estado de Philae tras su hibernación en la superficie del cometa. 

Hemos descubierto que uno de los dos receptores y uno de los dos transmisores de Philae podrían no estar funcionando”, explica Koen Geurts, responsable técnico de Philae en el Centro de Control del Módulo de Aterrizaje en las instalaciones del DLR en Colonia, Alemania. “Ahora parece que el otro transmisor está teniendo problemas: a veces no se enciende como se esperaba, o se apaga demasiado pronto, lo que significa que probablemente nos hemos perdido alguna oportunidad de comunicarnos con el módulo”. 

El equipo está analizando los resultados para determinar la mejor estrategia para reestablecer un contacto regular con Philae. 

Sin embargo, se trata de una carrera contrarreloj: a medida que el cometa se aleja más allá de la órbita de Marte, la temperatura en su superficie está bajando rápidamente. 

“Calculamos que tenemos hasta finales de enero antes de que la temperatura interna de Philae baje demasiado: sus sistemas no pueden funcionar a menos de -51°C”, añade Koen.

El cometa visto por NavCam el 31 de octubre de 2015
El cometa visto por NavCam el 31 de octubre de 2015

Mientras tanto, Rosetta sigue enviando una gran cantidad de información, analizando con un increíble nivel de detalle cómo ha cambiado la superficie del cometa, su atmósfera y su entorno de plasma tras el paso por el perihelio. 

“Hace poco celebramos nuestro primer año junto al cometa, y ahora estamos deseando ver qué nuevos descubrimientos se realizarán en el año que todavía tenemos por delante”, comenta Matt Taylor, científico del proyecto Rosetta para la ESA. 

“El año que viene nos alejaremos de nuevo, separándonos unos 2.000 kilómetros del núcleo para atravesar y estudiar su cola. Por otra parte, también realizaremos una serie de pasos rasantes hacia el final de la misión, mientras nos preparamos para posar a Rosetta sobre la superficie del cometa”. 

El plan es terminar la misión realizando un ‘impacto controlado’ contra su superficie. Esta idea surgió hace unos seis meses, cuando se aprobó continuar las operaciones de Rosetta hasta septiembre de 2016. 

La órbita del cometa, con un periodo de 6.5 años, lo llevará más allá de la órbita de Júpiter, por lo que llegará un punto en el que Rosetta ya no reciba suficiente energía solar para continuar con sus operaciones. Esta vez se alejará incluso más que durante la fase de 31 meses de hibernación que concluyó en enero de 2014.

Por otra parte, el próximo mes de septiembre Rosetta y el cometa se encontrarán muy cerca del Sol, desde el punto de vista de la Tierra, lo que dificultará la transmisión de comandos y la descarga de datos científicos. 

El equipo de Rosetta ya está analizando las maniobras necesarias para trabajar cerca del cometa durante las últimas semanas antes del dramático final de la misión. 

“Todavía estamos discutiendo lo que implica exactamente esta forma de poner fin a la misión”, aclara Sylvain Lodiot, responsable de las operaciones del satélite Rosetta para la ESA. “Es un escenario muy complejo y exigente, mucho más que la trayectoria que tuvimos que diseñar para posar a Philae sobre el cometa”. 

“El cronograma que estamos considerando requiere, en primer lugar, pasar a una órbita de gran excentricidad en agosto, que nos acercaría a un kilómetro escaso de la superficie del cometa, para luego alejarnos hasta el punto donde comenzará la aproximación final que llevará a Rosetta en un lento descenso hacia el cometa, con el que impactaría a finales de septiembre”. 

Está previsto seguir realizando observaciones científicas prácticamente hasta el momento del impacto, lo que permitirá recoger nuevos datos a unas distancias sin precedentes. 

“Controlaremos a Rosetta hasta el final, pero después del impacto con el cometa es muy improbable que seamos capaces de volver a ‘hablar’ con ella”, concluye Sylvain. 

“Posar a Rosetta sobre el cometa será un final muy apropiado para una misión tan increíble”, anuncia Patrick Martin, responsable de la misión Rosetta para la ESA.

Rosetta 

Rosetta es una misión de la ESA en la que participan sus Estados miembros y la NASA. El módulo de aterrizaje Philae ha sido desarrollado por un consorcio dirigido por el DLR, MPS, CNES y ASI.

 

Para más información:

Markus Bauer








ESA Science and Robotic Exploration Communication Officer









Tel: +31 71 565 6799









Mob: +31 61 594 3 954









Email: markus.bauer@esa.int

Patrick Martin
Rosetta Mission Manager
Email: patrick.martin@esa.int

Sylvain Lodiot
Rosetta Spacecraft Operations Manager
Email: sylvain.lodiot@esa.int

Matt Taylor
ESA Rosetta Project Scientist
Email: matt.taylor@esa.int

Koen Geurts
Philae Lander Technical Manager, DLR
Email: Koen.Geurts@dlr.de

Stephan Ulamec
Philae Lander Manager, DLR
Email: Stephan.Ulamec@dlr.de

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