Los incendios forestales

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Los incendios pueden arrasar ciudades y áreas rurales por igual. Los bosques pueden arder a temperaturas de hasta 800°C y propagarse a una velocidad que puede llegar a los 100 metros por minuto, causando la rápida destrucción de un área entera.

En 2003, los incendios destruyeron más de medio millón de hectáreas de bosques en el sur de Europa, provocando daños por valor de varios miles de millones de euros. En 2010, la zona periférica de Moscú, la capital de Rusia, sufrió una ola de calor con temperaturas de hasta 40 ºC. Esto provocó los mayores incendios de los últimos 15 años en la región. Esos casos de emergencia podrían empeorar y hacerse más frecuentes si el calentamiento global provoca veranos más secos y cálidos.

Los satélites de observación terrestre de la ESA, como el Envisat, pueden utilizarse de diversas maneras para combatir las amenazas de incendio en todo el mundo.

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En efecto, los satélites pueden proporcionarnos imágenes de las áreas que están ardiendo y determinar cuáles son las zonas más calientes dentro del área quemada. Además, pueden detectar los gases de invernadero y las columnas de humo producido por los incendios.

Es posible descubrir cómo se están desarrollando los incendios trazando mapas de ellos con una frecuencia de al menos dos veces al día. De esta forma también se puede estimar el daño.

Podemos combinar los datos procedentes de satélites meteorológicos y de satélites de observación de la Tierra para elaborar mapas diarios. Con la ayuda de esos mapas, los bomberos pueden concentrar sus esfuerzos en las áreas que corren mayor riesgo.

El conjunto de imágenes de satélite tomadas a lo largo de muchos años facilita el pronóstico y la preparación contra futuros incendios.

Última modificación 11 enero 2011

Desastres naturales