Estaciones terrestres

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El Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) está conectado a una red mundial de estaciones terrestres.

Después de un lanzamiento, los datos procedentes del satélite se envían a estas estaciones terrestres y seguidamente al ESOC. Esa información se utiliza para calcular la órbita y comprobar el estado del satélite las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Esta red incluye un buen número de estaciones de gran tamaño en Australia y Europa, incluyendo las situadas en las ciudades de Kiruna en Suecia, Redu en Bélgica y Villafranca y Cebreros en España.

Asimismo, se han construido algunas estaciones más pequeñas en otras partes del mundo, entre ellas en Kourou, en el puerto espacial de la ESA en Sudamérica y a la Isla de Santa Maria en Portugal. Esas estaciones se utilizan principalmente durante el lanzamiento y las primeras fases de una misión.

En 2003 se instaló una nueva antena de 35 metros de diámetro en Nueva Norcia, cerca de Perth, en Australia. Esa antena gigante, que tiene un peso de 120 toneladas, ha sido diseñada para comunicarse con misiones en el espacio profundo como, por ejemplo, la sonda Rosetta y la nave Mars Express. La superficie de esta antena es extremadamente lisa, sin protuberancias de más de 0,3 mm. En 2005 se instaló una antena similar en la localidad de Cebreros en España, y una nueva será construida en 2012 en Malargüe, en Argentina.

Las estaciones terrestres están diseñadas para funcionar a diferentes frecuencias de radio, como los telefónos móviles. Son tan sensibles que pueden captar señales de un dispositivo que tenga una potencia tan pequeña como la de una bombilla ordinaria, aunque esas señales provengan de una nave espacial que se encuentre a millones de kilómetros de distancia.

Última modificación 12 octubre 2011

Control de misión