Una revisión completa

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No hay talleres en el espacio. Una vez que la nave espacial ha abandonado nuestro planeta, cada uno de nosotros espera que todos sus sistemas a bordo funcionen correctamente. Durante las primeras órbitas, el trabajo del Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC, por sus siglas en inglés) consiste en comprobar que la nave espacial esté en la órbita correcta y que sus sistemas principales, comunicaciones, energía, etc., estén funcionando adecuadamente.

Si la nave espacial depende de la energía solar, una de las primeras tareas comprende el despliegue de las 'alas', de tal forma que puedan absorber la luz solar.

Una vez que se ha comprobado satisfactoriamente el funcionamiento de la nave espacial, los ingenieros comienzan a activar los instrumentos de uno en uno. A esto se le denomina 'puesta en servicio'.

Las primeras imágenes o mediciones confirman si los instrumentos están funcionando según lo previsto. En caso contrario, se les ajusta hasta mejorar los resultados. El ESOC también debe comprobar que ningún instrumento esté afectando a los instrumentos vecinos.

Uno de los programas de puesta en servicio que encerró mayores complicaciones fue el de los satélites Cluster de la ESA. Los cuatro satélites Cluster fueron lanzados en el verano de 2000 y transportaban un total de 44 instrumentos.

Los equipos de científicos e ingenieros debieron seguir un plan detallado para comprobar y supervisar el estado de cada satélite y sus instrumentos. Tuvieron que dedicar más de tres meses a estas tareas antes de que los satélites estuviesen listos para iniciar su misión de estudiar la interacción del viento solar con el campo magnético de la Tierra.

Última modificación 12 octubre 2011

Control de misión