La contaminación

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Las nubes de niebla tóxica asfixiante, las playas cubiertas por el petróleo y los ríos enrojecidos con sustancias químicas son tres ejemplos evidentes de contaminación.

Sin embargo, no todos los tipos de contaminación pueden verse a simple vista. Por ejemplo, las columnas invisibles de gases pueden viajar a la deriva por el aire entre nuestros pueblos y ciudades, y pueden causar asma y problemas respiratorios. Sin mencionar el peligro de muerte que representan para nuestros árboles.

Otro problema consiste en determinar el tamaño del área afectada. Los vientos pueden arrastrar agentes contaminantes miles de kilómetros de un lado a otro del océano. Los agentes químicos que fluyen por los grandes ríos pueden contaminar muchos países hasta su desembocadura en el mar.

Por último, también tenemos el problema de determinar quiénes son los culpables.

Los satélites son armas fundamentales en esta lucha interminable por preservar el ambiente de nuestro planeta. Los instrumentos situados en el espacio pueden detectar los gases y los desechos químicos nocivos arrojados por las industrias, las centrales eléctricas y la circulación de vehículos.

Los satélites pueden determinar con precisión las fuentes de la contaminación y observar su desplazamiento por el aire y por el mar hasta su destino final. También pueden estudiar el color del océano y detectar derrames de petróleo en el mar tanto de día como de noche.

Desde sus puestos de vigilancia a cientos de kilómetros sobre la Tierra, estos 'espías del cielo' nos ayudan a identificar a los mayores exportadores e importadores de contaminación en todo el mundo.

Última modificación 13 diciembre 2004

Proteger la naturaleza