Nuevas formas de transporte

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El espacio exterior es inmenso. Un viaje a la Luna, nuestro vecino en el espacio, dura tres días usando cohetes químicos normales. Los viajes a Marte, a los asteroides y a los planetas exteriores durarían muchos meses o, incluso, varios años.

Durante los viajes largos, la salud y el estado físico de los astronautas son mermados por la exposición a la radiación y la ingravidez. Las misiones largas también requieren más aire, agua y alimentos. Asimismo se incrementa la probabilidad de que algo salga mal, pero ¿cómo pueden acortarse estas misiones?

Una forma de acortarlas consiste en aumentar la eficiencia de los motores del cohete. Los ingenieros de la ESA ya han construido un sistema de propulsión eléctrica para la misión Smart 1 que ha ido a la Luna. Los motores eléctricos son más pequeños y ligeros que los motores normales y, aunque consumen mucho menos combustible, pueden producir una mayor velocidad de salida de gases en la tobera, es decir, la velocidad a la cual los gases del motor se expulsan hacia el espacio.

Los paneles solares de la nave recogen la energía solar y la convierten en energía eléctrica. Los motores cohete eléctricos usan la electricidad para aumentar la velocidad de la nave, poco a poco, hasta que ésta alcanza una velocidad muchas veces mayor que si sólo tuviera cohetes químicos.

Para las misiones que se alejen del Sol, será necesario utilizar motores nucleares; en efecto, utilizando tales motores se podría llegar a Marte en apenas unos días.

Última modificación 21 diciembre 2004

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