El telescopio Hubble revela la colorida Nebulosa del Velo

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Al igual que los organismos vivos, las estrellas envejecen y mueren. Sin embargo, las grandes estrellas no se desvanecen en calma. Por el contrario, se extinguen con un enorme estallido. Todo lo que queda después del magnífico espectáculo de luces de la explosión de una supernova es una cáscara de gas caliente y resplandeciente que escapa a alta velocidad del lugar de la muerte de la estrella.

Uno de los casos más hermosos de vestigios de una supernova es la Nebulosa del Velo, un débil anillo de desechos situado en la constelación de Cygnus. Las imágenes captadas por el telescopio espacial Hubble de la NASA-ESA muestran con sorprendente nitidez los restos desmenuzados de una estrella gigante. Todo lo que queda son volutas de gas.

Las imágenes del Hubble muestran corrientes de gas con forma de cuerdas entrelazadas en tres regiones distintas de la Nebulosa del Velo. Los coloridos filamentos provienen de la tremenda energía liberada cuando los veloces residuos de la explosión penetran en sus inmediaciones. Las ondas de choque, generadas por el gas que se desplaza a 600.000 km por hora, calientan el gas a millones de grados.

En las imágenes del Hubble se aprecian dos fenómenos muy claros: filamentos lineales y nítidos y amplias nubes. Esto se debe a la observación desde distintos ángulos. Los filamentos corresponden a la vista lateral de un delgado frente de impacto, en tanto que las nubes pertenecen a la vista frontal. Los colores indican luz procedente de diferentes átomos excitados por las ondas de choque: el azul demuestra la presencia de oxígeno, el verde de azufre y el rojo de hidrógeno.

Última modificación 07 octubre 2010

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Estrellas y galaxias