El telescopio espacial James Webb investigará el origen de la vida, el universo y mucho más

Un artista ha reproducido el aspecto que tendrá el Webb cuando esté en el espacio. Copyright: ESA/ATG medialab

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24 junio 2021

En octubre de este año, un potente cohete Ariane 5 partirá del puerto espacial europeo de la Guayana francesa llevando a bordo el telescopio espacial más grande y potente que se ha construido jamás. Este telescopio, llamado James Webb (o Webb para abreviar), es una invención increíble que nos ayudará a responder preguntas fascinantes sobre el cosmos y el lugar que ocupamos en él. El Webb es tan avanzado que han tenido que participar tres agencias espaciales en su construcción: la NASA, la ESA y la CSA (Agencia Espacial Canadiense).

Deployment test of James Webb Space Telescope's primary mirror

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El telescopio Webb es muy especial, porque es capaz de ver un tipo de luz llamada infrarroja. Nosotros no podemos ver este tipo de luz con los ojos, pero detectarla nos resulta muy útil. La luz infrarroja permite a los astrónomos mirar a través de nubes de gas y polvo que normalmente bloquearían nuestra visión, explorar las estrellas más frías e incluso hacer fotos de galaxias que están increíblemente lejos.

Sin embargo, observar el espectro infrarrojo es difícil porque hay muchos objetos de la Tierra que emiten este tipo de luz. Por tanto, para poder obtener imágenes claras de la luz infrarroja desde el espacio, el Webb tiene que viajar muy lejos de la Tierra, para ser exactos, ¡1,5 millones de kilómetros! Esto equivale aproximadamente a cuatro veces la distancia que hay entre la Tierra y la Luna. En comparación, el telescopio espacial Hubble orbita a tan solo unos 550 km de la Tierra.

Para poder ver objetos borrosos con mucho detalle, el telescopio Webb lleva en su interior el espejo más grande que ha viajado nunca al espacio. Este espejo mide 6,6 metros de diámetro. Es tan grande que se ha construido utilizando 18 secciones hexagonales más pequeñas que se unen como si formasen la pared de una colmena. Y, curiosamente, su superficie lleva un revestimiento de oro porque este metal refleja muy bien la luz infrarroja. ¡Este superespejo deberá plegarse durante el lanzamiento para caber en el cohete! El Webb también posee un escudo solar avanzado para protegerlo de los rayos del Sol y mantener sus instrumentos a salvo de la luz infrarroja del propio telescopio. 

Toda esta impresionante tecnología ayudará al telescopio a despejar algunas de las incógnitas más importantes de la ciencia moderna, entre ellas:

  • ¿Cómo era el universo cuando era muy joven? ¿Cuándo se formaron las primeras estrellas y galaxias? La luz de los objetos lejanos tarda mucho en llegar hasta nosotros. Como la vista del Webb puede llegar más lejos que nunca en el espacio, podrá ver la luz de las primeras estrellas que se formaron.
  • ¿Cómo han cambiado las primeras galaxias con el paso del tiempo? ¿Qué podemos aprender sobre los misterios de la materia oscura y la energía oscura? El telescopio Webb captará muchas imágenes de las primeras galaxias y detectará distorsiones que podrían ayudarnos a identificar cómo se distribuye la materia oscura por todo el universo.
  • ¿Cómo y dónde se forman las estrellas? ¿Qué pasa cuando las estrellas llegan al final de su vida y qué efectos tiene en la materia que las rodea? Usar la luz infrarroja permitirá al telescopio ver a través del gas y el polvo de las nebulosas que generan las estrellas nuevas y, de esta forma, saber qué ocurre en su interior cuando se forman.
  • ¿Dónde y cómo se forman y cambian con el tiempo otros sistemas solares? ¿Qué otros tipos de planetas hay en el espacio? ¿Alguno de ellos contiene los elementos que originan la vida? ¿La Tierra es única? Ya sabemos que hay muchas otras estrellas en nuestra galaxia que tienen planetas orbitando a su alrededor. Estos mundos, llamados “exoplanetas”, están tan lejos que solo podemos explorarlos con telescopios. El telescopio Webb podrá detectar la luz procedente de los exoplanetas para ayudar a identificar los elementos químicos existentes en sus atmósferas.

¡La ESA es una parte clave del equipo del Webb! Copyright: ESA.

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Se espera que la misión del Webb dure entre 5 y 10 años, lo que significa que tiene tiempo suficiente para enviarnos montones de datos e imágenes fascinantes. ¿Qué preguntas sobre el espacio te gustaría que ayudase a responder este telescopio?

Un dato curioso: protegido del Sol, el telescopio Webb trabajará a una temperatura de -234 grados Celsius. Necesita esta temperatura tan baja para poder observar con claridad la luz infrarroja.