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Proba-3 volando en formación
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Proba-3 avanza a la siguiente fase liderado por una firma española

05/05/2011 1695 views 3 likes
ESA / Space in Member States / Spain

Proba-3, la primera misión de la ESA para demostrar la tecnología de vuelo en formación, acaba de entrar en la siguiente fase de desarrollo liderada por la empresa española SENER. Su lanzamiento está previsto para el año 2016.

Si la misión tiene éxito, podría revolucionar el mundo de la ingeniería espacial: las futuras misiones podrían desarrollarse a mayor escala y menor coste empleando múltiples módulos que se comporten en vuelo como un único satélite de gran tamaño. Proba-3 será una misión compuesta por dos satélites que mantendrán un vuelo en formación a una distancia mínima de 150 metros con una precisión de milímetros y segundos de arco. “En los últimos años, las misiones europeas multi-satélite han progresado notablemente”, comenta Agnes Mestreau-Garreau, Responsable del Proyecto Proba-3 para la ESA.

“El Vehículo Automatizado de Transferencia (ATV) ha demostrado el vuelo en formación con la Estación Espacial Internacional con una precisión de unos pocos centímetros; la misión sueca Prisma es capaz de mantener un vuelo en formación durante breves periodos de tiempo, manteniendo una separación entre los satélites de 10 metros con una precisión de 10 centímetros”.

“Proba-3 será el paso siguiente en el desarrollo de la tecnología de vuelo en formación. Sus dos satélites se moverán al unísono de forma completamente autónoma, sin necesidad de control desde tierra”.

“La pareja de satélites se comportará como si se tratase de un único sólido rígido, dando lugar a un ‘satélite virtual’ de mayor tamaño”.

Como ya es tradición en los demostradores tecnológicos ‘Proba’ de la ESA, Proba-3 también llevará un instrumento científico a bordo: un telescopio para estudiar las capas más bajas de la corona solar.

Firma del contrato para la fase B2 de Proba-3
Firma del contrato para la fase B2 de Proba-3

Esta región es muy difícil de estudiar, ya que normalmente los instrumentos quedan cegados por el resplandor del Sol. En Proba-3, el satélite de menor tamaño se colocará sistemáticamente frente al satélite que lleva el coronógrafo, creando un eclipse artificial permanente.

“La calidad de los resultados científicos obtenidos gracias a Proba-3 nos permitirá evaluar las distintas técnicas de vuelo en formación implementadas”, añade Agnes.

La fase de definición del sistema – conocida como fase B1 – ya ha sido completada. Ahora la misión entra en la fase B2, que comprende el desarrollo y la verificación de las estrategias de vuelo en formación y de la tecnología necesaria para que la misión resulte viable. Esta fase será liderada por la empresa española SENER, en calidad de Arquitecta del Sistema. La Agencia Espacial Europea firmó en contrato para la fase B2 con la empresa española el pasado día 29 de marzo.

“Proba-3 es un concepto de misión muy interesante y poco convencional, que combina grandes retos tecnológicos”, explica Salvador Llorente, Responsable del Proyecto Proba-3 para SENER.

“Dominar la tecnología del vuelo en formación permitirá desarrollar toda una nueva generación de ‘estructuras virtuales’ en el espacio, de gran tamaño y alta capacidad de reconfiguración, que podrían presentar incluso más estabilidad y menos deformación que los satélites monolíticos convencionales”.

“Estamos deseando aprovechar las oportunidades de desarrollo y demostración tecnológica que brinda esta fase, y trabajar en colaboración con el gran número de expertos que componen el equipo del proyecto – formado por nueve empresas de seis países (Bélgica, Canadá, España, Portugal, Reino Unido y Suecia)”.

Proba-3 estudiará la corona solar
Proba-3 estudiará la corona solar

“Esta fase permitirá demostrar la viabilidad de la misión y la capacidad de realizar las distintas demostraciones tecnológicas con eficacia”.

“La fase B2 concluirá con el diseño preliminar consolidado y con un prototipo del software de abordo”.

“Los resultados de esta fase podrán ser aplicados en cualquier otra misión de vuelo en formación”, comenta Agnes.

“Es un concepto fascinante, que abre las puertas a una nueva era en la ingeniería espacial”.

“Las futuras misiones podrían estar compuestas por varios satélites individuales que se comportasen como si fuesen uno sólo, permitiendo emprender misiones de mayor escala”.

“Entre las múltiples aplicaciones de esta tecnología destaca la configuración de grandes arrays de antenas o telescopios de interferometría de larga base”.

Cuando concluya la fase B2 de Proba-3 comenzará la fase C/D, que incluye el desarrollo final de la misión y la construcción de los satélites.

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