| | |  | El Congo es el río más extenso del oeste del África Central | |
Antecedentes
El Congo es el río más extenso del oeste del África Central. Su longitud total es de 4.374 kilómetros y es, por tanto, el segundo más largo de África. El río y sus afluentes discurren a través del segundo bosque tropical más grande del mundo, sólo superado por el amazónico.
Los afluentes del Congo nacen en las tierras altas y montañas del Rift del oriente africano, así como en el lago Tanganika y el lago Mweru. Estos alimentan al río Lualaba, que se convierte en el Congo al pasar las cataratas Stanley. El Congo fluye generalmente hacia el oeste desde Kisangani, a partir de las cataratas, y después gira paulatinamente hacia el sudeste, pasa por Mbandaka, se une al río Ubangi y se precipita al Pool Malebo. El río sale al mar en el pequeño pueblo de Muanda. El Congo es fácilmente navegable en la mayor parte de su curso y gran parte del comercio de África central pasa por sus aguas.
La cuenca del Congo está amenazada por la tala y los incendios forestales, por el empobrecimiento del suelo y por el aumento de la población. 29 gobiernos y distintas organizaciones contribuirán con 115 millones de dólares al fomento de un cultivo sostenible del bosque tropical. Esa misión de ayuda recibe el nombre de "Congo Basin Forest Partnership" y tiene como metas la lucha contra la pobreza, el fortalecimiento de la administración y la protección de la biodiversidad.
Deforestación
La tala del bosque tropical en la cuenca del Congo presenta una gran amenaza para todo el ecosistema, dado que el manto de dichos bosques es en sí mismo el factor más importante para lograr las precipitaciones necesarias. Son bosques conocidos por su alta tasa de retorno de agua a la atmósfera. En la cuenca del Congo, con 1510 mm de precipitación anual, 1170 mm proceden de la evaporación de la cubierta forestal, aproximadamente el 77% del total anual. Sólo el 23% procede de zonas oceánicas de bajas presiones.
Si los bosques se talan por completo, la proporción de pérdida de agua en la superficie se eleva considerablemente respecto a la que originan la condensación y las filtraciones. El suelo queda sometido a una erosión generalizada. Se produce así la ferralitización del suelo (profundo lavado de alcalinos y silicio, concentración en la superficie de aluminio y hierro) y después la laterización (formación de una costra dura por la fuerte radiación solar del periodo seco). La consecuencia es un suelo estéril. Debido a la falta de evaporación proveniente de la vida vegetal, desaparecen las fuertes lluvias tropicales. La destrucción del bosque marca el inicio de la transformación de una zona húmeda en árida.
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