Porto Velho, Brasil y sus alrededores - continuado
|  | Porto Velho y sus alrededores | |
La ciudad de Porto Velho vista por un satélite radar
Porto Velho es una ciudad adelantada en el desarrollo de un patrón cuadriculado. Tiene una plaza mayor, que es el rectángulo oscuro (con elementos en rojo) cerca del río.
La imagen (Porto Velho y sus alrededores) es multitemporal y está compuesta por tres pasadas de satélite (1993, 1997 y 1998). Los puntos blancos son edificios que ya existían en 1993, los puntos amarillo-verdosos son viviendas construidas entre 1997 y 1993, y los puntos rojos indican edificaciones levantadas entre octubre de 1997 y octubre de 1998. Dado que la mayoría de los techos de la ciudad son de chapa metálica, están muy bien representados en la imagen del radar (consulta la tecnología de radar). Por el contrario, las casas tradicionales (con techo de madera) no serían visibles en esa imagen. El río Madeira aparece en un tono verde amarillento debido a los vientos o corrientes más fuertes de 1997 y 1998 (octubre) respecto a 1993.
Descarga aqui una versión más grande de Porto Velho y sus alrededores (4.2 Mb).
Por sus puntos coloreados en la ciudad y en torno a ella, esta imagen nos da indicios de la disminución del desarrollo urbano entre 1993 y 1998. En realidad, podemos ver muchos puntos amarillo/verde (construcciones realizadas entre 1993-1997), pero relativamente pocos puntos rojos (construcciones de 1997-1998). Esto contrasta con el fuerte incremento de la deforestación en las proximidades de la ciudad.
El tamaño de un elemento de imagen (píxel) es de 12,5 metros.
Eso nos permite realizar algunas mediciones utilizando el software LEOWorks.
¿A qué distancia de la plaza mayor está el aeropuerto?
Busca la pista de aterrizaje al norte de Cerca de ella, destaca un edificio muy brillante.
| | | Francisco Paolo do Santos |
El declive de la selva tropical
En un humilde lugar de la selva tropical, Francisco Paolo do Santos ha talado los árboles para dejar espacio a sus modestos cultivos. No piensa en las consecuencias de la desaparición de la selva tropical. Para él es una cuestión de supervivencia.
Francisco Paolo do Santos, a sus 72 años, es un hombre que se satisface con poco.
En una pequeña parcela situada en la margen de la selva tropical del Amazonas, Francisco y otros pequeños agricultores han cortado cientos de árboles. Ahora la mayor parte de los grandes troncos están tendidos en el suelo. Algunos en forma de trozos de madera carbonizada, otros en el mismo lugar en que cayeron Aún quedan unos pocos árboles bajo el sol abrasador.
En la pequeña parcela, Francisco Paolo do Santos y otros agricultores cultivan juntos sus cosechas. Esparcidos entre los árboles caídos se ve un poco de arroz, un par de árboles de plátano, algunos árboles de piña, unas plantas de guindilla y una sola planta de mandioca. No son plantas que produzcan mucho, sino apenas lo suficiente para su supervivencia y la de su familia. .
'Sé que es ilegal cortar árboles, y la verdad es que a mí me gusta la selva. Me gusta pasear por ella. Es fresca y bella. Sin embargo, tengo que cortar los árboles para sobrevivir', explica Francisco Paolo do Santos.
Al igual que muchos otros habitantes de Rondonia, en el occidente de Brasil, llegó a la zona a mediados de la década de 1980 en busca de oportunidades. Lo atrajo el dinero de los grandes descubrimientos de oro. Sin embargo, no logró prosperar. Ahora debe mantener a su familia mediante una agricultura muy elemental, después del cierre de muchas minas.
La comida diaria
Francisco Paolo do Santos no considera que al talar los árboles pueda contribuir a la desaparición de una gran parte de la flora y fauna del mundo. Ni que la tala pueda provocar el cambio climático a escala local y mundial, ya que los árboles acumulan agua y transforman cantidades enormes de gases de efecto invernadero, que se supone son responsables del calentamiento global. Para él, sólo se trata de mantener a su familia.
'Ya no tenía futuro alguno en la costa este, de donde provengo. Aquí en la selva tengo mejores oportunidades y estoy contento', explica Francisco Paolo do Santos.
Es un hombre menudo, que no viste camisa y lleva los pantalones desabrochados, y que habla abiertamente de sus condiciones de vida y de las de su familia de seis hijos y una hilera de nietos. Viven en chozas pequeñas y humildes, construidas con el material que tienen a mano, como hojas de plátano y plásticos. Se abastecen de agua de un pozo profundo y cocinan con leña.
Rondonia es una de las zonas del mundo que se ha visto más afectada por la deforestación reciente. En las imágenes de satélite se puede apreciar cómo desaparece la selva año tras año.
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