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Herschel y Planck
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La ESA lanzará dos telescopios espaciales para estudiar el pasado del espacio y del tiempo

07/05/2009 1068 views 1 likes
ESA / Space in Member States / Spain

Dos de los satélites astronómicos más sofisticados jamás construidos – Herschel y Planck – serán lanzados por la ESA este mes hacia órbitas en el espacio profundo entorno a un punto especial de observación situado más allá de la órbita de la Luna.

Desde allí, los dos satélites comenzarán una revolucionaria campaña de observación que ampliará nuestro conocimiento sobre la historia del Universo.

Herschel es un gran telescopio espacial en la banda del infrarrojo lejano diseñado para estudiar algunos de los objetos más fríos del espacio, en una región del espectro electromagnético prácticamente inexplorada. Planck es un telescopio que cartografiará la luz fósil del Universo – la luz del Big Bang – con una precisión y una sensibilidad sin precedentes. Las dos misiones se enmarcan entre las más ambiciosas jamás desarrolladas en Europa y marcan el cruce de nuevas fronteras en el campo de la astronomía basada en telescopios espaciales.

Los dos satélites se lanzarán en tándem a bordo de un Ariane 5 ECA. El despegue está previsto para las 15:12 CEST (13:21 GMT) del jueves 14 de Mayo, desde el puerto espacial europeo en la Guayana Francesa. Herschel y Planck se separarán poco después del lanzamiento para viajar por separado hacia el punto Lagrangiano L2 del sistema Sol-Tierra, un punto de estabilidad gravitacional suspendido en el espacio a unos 1.5 millones de kilómetros de la Tierra en la dirección opuesta al Sol. Cuando se encuentren orbitando entorno a este punto, los dos satélites serán capaces de realizar observaciones de forma continuada en un entorno térmicamente estable, lejos de las perturbaciones causadas por la radiación emitida por el Sol, la Tierra y la Luna.

El satélite Herschel, de 7.5 m de altura y 4 m de ancho, es el telescopio de infrarrojo más grande jamás lanzado. La superficie extremadamente pulida de su espejo primario de 3.5 m de diámetro - hecho de carburo de silicio ligero - es casi vez y media mayor que el del Hubble, y seis veces más grande que el espejo de su predecesor ISO, lanzado por la ESA en 1995.

Con su gran capacidad para captar luz y con sus sofisticados detectores enfriados hasta cerca del cero absoluto por más de 2000 litros de Helio superfluido, Herschel será capaz de observar las fuentes de luz infrarroja más débiles y lejanas del Universo, y de analizar las hasta ahora inexploradas regiones del infrarrojo lejano y de la radiación submilimétrica del espectro electromagnético.

Herschel será capaz de ver a través de la opacidad del polvo y el gas cósmico y podrá observar estructuras y sucesos lejanos que datan de los comienzos del Universo – tales como el nacimiento y la evolución de las primeras estrellas y galaxias – hace diez mil millones de años, intentando determinar exactamente cómo comenzó todo. Más cerca, dentro de nuestra galaxia, Herschel también observará los objetos extremadamente fríos, tales como las nubes de polvo y el gas interestelar a partir del cual se forman las estrellas y los planetas, e incluso la atmósfera que rodea a los cometas, a los planetas y a sus lunas dentro de nuestro propio sistema solar.

Con un telescopio de 1.5 m e instrumentos sensibles a la radiación en microondas, Planck medirá las variaciones de temperatura del Universo más joven. Este satélite monitorizará la conocida como Radiación Cósmica de Fondo en Microondas, la reliquia de la primera luz emitida en el espacio unos 380 mil años después del Big Bang, cuando la densidad y la temperatura del Universo descendieron lo suficiente como para permitir que la luz se separase de la materia y viajase libremente por el espacio.

El telescopio espacial Planck, con un ‘corazón’ que trabaja a unas temperaturas extremadamente bajas, será capaz de proporcionar datos con una resolución y una sensibilidad sin precedentes. Al medir las ínfimas fluctuaciones en la temperatura de la radiación cósmica de fondo en microondas, los científicos podrán extraer al menos 15 veces más información acerca del origen del Universo, de su evolución y de su futuro que con su predecesor más reciente.

Los detectores de Herschel se enfriarán hasta 0.3 grados sobre el cero absoluto. Los detectores de Planck alcanzarán temperaturas incluso más bajas, tan solo 0.1 grados sobre los 0 K. De hecho, mientras dure la misión, los puntos más fríos del Universo podrían perfectamente ser sus instrumentos. Está previsto que el satélite realice unos 500 mil millones de medidas, con las que generará mapas del cielo de varios millones de píxeles que permitirán a los científicos comprender la estructura del Universo y contabilizar sus constituyentes con una precisión sin precedentes. Planck será capaz de determinar el número total de átomos en el universo, inferir la densidad total de materia oscura – un esquivo componente inaccesible para la observación directa pero ‘visible’ a través de los efectos que produce en su entorno – e incluso aportar nuevas luces sobre la naturaleza de la misteriosa energía oscura.

Herschel y Planck, dos impresionantes misiones diseñadas para revolucionar nuestro conocimiento del cosmos, también representan un tremendo desafío tecnológico superado por la ESA gracias a más de 100 socios industriales e institutos de Europa, Estados Unidos y muchos otros países.

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