ESA: en marcha las operaciones para rescatar Artemis
Tras la primera maniobra exitosa de anoche para elevar la órbita de Artemis, el satélite de telecomunicaciones de la ESA se encuentra totalmente bajo el control del equipo operativo y los ingenieros de sistema de Altel (Alenia Spazio-Telespazio), en el Fúcino (Italia), apoyados por un equipo de especialistas de la ESA.
El satélite había sido lanzado desde Kourou por un Ariane 5, el jueves 12 de julio, pero había quedado en una órbita más baja que lo programado a causa de un fallo en la etapa superior del cohete. Dicha órbita tenía un perigeo de 590 km, un apogeo de 17.487 km y una inclinación de 2,94°, contra los valores previstos de 858, para el perigeo, 35.853, el apogeo, y una inclinación de 2°. A partir de su entrada en órbita, la conducta de Artemis fue nominal. Los paneles solares se desplegaron parcialmente, de acuerdo con lo programado, unas dos horas después del lanzamiento, y comenzaron a facilitar la energía necesaria para las operaciones. En estos últimos días, se efectuaron varias calibraciones y encendidos de apogeo simulados, a fin de prepararlo para las maniobras de órbita que se describen a continuación.
La estrategia de rescate adoptada apunta a llevar el satélite a su posición geoestacionaria nominal y a conservar el combustible químico y el xenón (el gas empleado en el sistema eléctrico de propulsión de iones), a fin de prolongar cuanto más posible la vida del satélite, que se había programado en 10 años.
El equipo conjunto ESA/Alenia Spazio-Telespazio optó por una estrategia en cuatro fases para llevar Artemis de su actual órbita no nominal a la órbita geoestacionaria. Consiste en lo siguiente:
1a fase: el motor propulsor de apogeo (con propulsión química) se accionará durante varios pasos de perigeo (la distancia menor desde la Tierra) a fin de elevar el apogeo (la distancia máxima de la Tierra) hasta aproximadamente 31.000 km. El perigeo no se elevará mucho. El satélite será seguido desde las estaciones de tierra de Fúcino (Italia), Malindi (Kenia), Perth (Australia), Goldstone (EE.UU) y Kourou (Guayana Francesa).
2a fase: sucesivamente, la órbita elíptica se corregirá con una serie de maniobras de apogeo y perigeo, hasta obtener una órbita de estacionamiento casi circular, con periodo de aproximadamente 18 horas y con el satélite a 31.000 km de distancia de la Tierra. Al finalizar esta fase, los paneles solares, así como las antenas de reflexión, se desplegarán completamente, y el satélite se encontrará en modalidad nominal, aunque todavía no en órbita geoestacionaria.
3a fase: una vez en la órbita de estacionamiento, se efectuará la entrada en servicio nominal (activación y control de que todos los elementos del satélite funcionen correctamente), en lo que sea posible en dicha órbita sub-geoestacionaria.
4a fase: finalmente, el sistema eléctrico de propulsión de iones empujará el satélite con movimiento en espiral desde la órbita de estacionamiento a la órbita geoestacionaria nominal.
El primer encendido del motor propulsor de apogeo en el perigeo se efectuó, con pleno éxito, ayer (18 de julio) por la tarde, entre las 17:19 y las 17:39 CEST. Los controladores a tierra informaron que todo funcionó bien y que el satélite ha sido llevado a una altitud de apogeo de 19.164 km (con el perigeo desplazado a 609 km y sin cambios en la inclinación de 2,9°). Se prevé que la 2a fase, eso es la llegada a la órbita de estacionamiento, podrá completarse en los próximos días. La 3a fase requerirá por lo menos unos 2 meses, durante los que se efectuarán las pruebas de funcionamiento y se harán los preparativos para elevar la órbita. La 4a fase debería comenzar a fines de septiembre y durará varios meses.
Este escenario de rescate es el que ofrece las mayores garantías de éxito en el intento de llevar el satélite desde la órbita baja en que quedó hasta su posición geoestacionaria nominal, ahorrando además el combustible químico y el xenón necesarios para mantenerlo por algunos años en sus funciones programadas. La cantidad de combustible, y, por ende, la duración de la vida del satélite, podrán conocerse sólo tras completar la 2a fase, si bien con alguna incertidumbre.
Las actividades de rescate contemplan una serie de operaciones extraordinarias que es imposible programar con antelación. En particular, el uso del sistema eléctrico de propulsión de iones, para el que será preciso definir una nueva modalidad de empleo.
El próximo informe de actividades se publicará tras completar la 2a fase.
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