La Tierra desde el espacio: El delta del Ebro
Esta imagen de la misión Sentinel-2 de Copernicus muestra el delta del río Ebro en la costa noreste de España.
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El Ebro, que se extiende a lo largo de 910 km por el norte de España, es el segundo río más largo de la Península Ibérica. En la imagen, se puede ver como una línea verde que serpentea por la península antes de desembocar en el Mediterráneo, formando el delta del Ebro.
El río Ebro vierte más agua al mar que cualquier otro río en España. Cuando los sedimentos en suspensión fluyen desde la desembocadura del río, tiñen las aguas costeras de un tono turquesa.
Con una superficie de unos 320 kilómetros cuadrados, el delta del Ebro constituye uno de los mayores humedales de la región del Mediterráneo occidental.
La mayor parte del delta forma parte de la Reserva Natural del Delta del Ebro. Con sus humedales protegidos, playas, marismas, salinas y estuarios, esta reserva proporciona un hábitat natural para numerosas aves migratorias y acuáticas.
Si ampliamos sobre la península, vemos varias lagunas verdes que salpican el litoral, mientras que gran parte de las áreas del interior están dominadas por campos de cultivo, principalmente arrozales. Estos campos muestran una variedad de colores en función de las diferentes fases de crecimiento de los cultivos. La ciudad de Amposta se encuentra en el centro de la península, a orillas del río Ebro.
La región costera que rodea la península se caracteriza por un doble sistema de cadenas montañosas intercaladas con llanuras. En estas mesetas predominan los cultivos de trigo, cebada, frutas y verduras.
La ciudad de Tarragona, donde se encuentra uno de los mayores puertos de España, es visible a lo largo de la costa en la esquina superior derecha. Los barcos frente a la costa pueden verse como puntos de colores en las aguas oscuras. Tarragona es un importante mercado agrícola y un destino turístico gracias a las hermosas playas cercanas a la ciudad.
Con esta nueva visita de cinco días y una cobertura global, Copernicus Sentinel-2 ofrece excelentes oportunidades para efectuar un seguimiento de la agricultura tanto a escala regional como mundial. Sus datos pueden ayudar a evaluar el uso y las tendencias del suelo agrícola, las condiciones de los cultivos y las previsiones de rendimiento.