La ESA captará las primeras señales de la nave DART de la NASA
In brief
El 24 de noviembre, fecha en la que se lanzará la nave espacial DART de la NASA en una misión pionera a nivel mundial para desviar un asteroide, la red Estrack de la ESA desempeñará un papel crucial a la hora de hallar, rastrear y mantener el contacto con la misión en su partida de la Tierra camino hacia su objetivo, la luna de un asteroide llamada Dimorphos, con un diámetro de 170 metros.
In-depth
Dimorphos, del tamaño aproximado de un campo de fútbol y medio, se encuentra a una distancia de 5 millones de kilómetros, orbitando en una trayectoria que en su punto más cercano al sol lo acerca a la Tierra, y cuyo punto más lejano está más allá de la órbita de Marte. Forma parte de un sistema binario de asteroides, vinculado mediante gravedad al asteroide Didymos, casi cinco veces más grande.
Ninguna de las dos rocas espaciales supone una amenaza para la Tierra, y cuando DART impacte en Dimorphos en 2022, su órbita se verá alterada muy ligeramente, y se formará un cráter. Los datos del experimento, facilitados en parte por la misión posterior Hera de la ESA, ayudarán a un equipo internacional de científicos a comprender cómo podría recurrirse a este método de «impacto cinético» en caso de que, en algún momento, se descubra algún asteroide de mayor tamaño en curso de colisión contra la Tierra.
Primeras palabras desde DART
La nave espacial DART pesa 620 kg, aproximadamente como un oso pardo, y tiene alrededor de 19 metros de dimensión. Se lanzará mediante un cohete Falcon 9 de SpaceX desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea de EE. UU., en California, en una trayectoria de escape de la Tierra.
Tras el despegue, a medida que DART ascienda y la Tierra rote a sus pies, la nave seguirá un sendero único en el cielo. En primer lugar, pasará por la costa oeste de Sudamérica, avanzando después hacia el este, cruzando el Atlántico, para aparecer finalmente sobre el horizonte, mirando desde Australia.
Unos 60 minutos después del lanzamiento, la nave se separará del lanzador, su transpondedor se encenderá y la antena de 4,5 metros de la ESA en Nueva Norcia, Australia occidental, captará las primeras palabras desde la nave (la «adquisición de señal»).
Esta antena de radio, más pequeña y de funcionamiento más ágil, se diseñó específicamente para momentos como este. Presenta un amplio ancho de haz y ofrece un campo de visión mayor que la antena vecina de 35 metros, así como la capacidad de orientarse con rapidez y apuntar hacia objetivos que se desplazan a gran velocidad por el cielo. Esta capacidad resulta fundamental, dado que la antena debe localizar la nave DART cuando aparezca por el horizonte y ayudará a mantener el contacto con ella en su trayectoria hacia el espacio interplanetario.
Los datos de DART, o «telemetría», servirán de información a la NASA sobre el estado de la nave tras el lanzamiento, especialmente el desarrollo de la secuencia de despliegue automático, y supondrán para la NASA una herramienta de contacto fundamental para enviar instrucciones a la nave cuando sea necesario.
De camino hacia un destino rocoso
La fase de crucero de DART durará en torno a 11 meses hasta su llegada a Dimorphos, antes de impactar con el asteroide secundario en octubre de 2022 a una velocidad de 6,6 kilómetros por segundo. En este período de tiempo, la misión contará con el apoyo de estaciones terrestres adicionales de la ESA.
La antena de la ESA de 35 m de diámetro en Malargüe, Argentina —auténtica artillería pesada—, junto con la antena de diámetro casi idéntico ubicada en Nueva Norcia, ayudarán en la medición de datos de crucial importancia mediante la técnica de «Delta-DOR», una tecnología de navegación ultraprecisa que permite a los controladores de las misiones conocer la posición de la nave a una distancia de cientos de millones de kilómetros, con tan solo unos pocos cientos de metros de margen de error.
Los últimos días de DART
Los diez días anteriores al impacto en 2022 son de la máxima importancia. A medida que Dimorphos se vaya haciendo visible, las imágenes continuas y esenciales de la llegada, de la colisión y de la consiguiente nube de materiales se retransmitirán a la Tierra por medio de LICIACube, un CubeSat de la Agencia Espacial Italiana, del tamaño de una mano, y que será desplegado antes del impacto.
En esta fase terminal, se necesitará observar el objetivo durante las 24 horas del día, algo de lo que la Red de Espacio Profundo (DSN, por sus siglas en inglés) de la NASA no puede encargarse por sí sola, dadas las características geométricas de la trayectoria de la sonda.
La estación de la ESA en Malargüe ayudará a cubrir las lagunas de visibilidad de la DSN, garantizando la comunicación por radio con DART en cada momento hasta que llegue el impacto.
A continuación, llegará el turno de Hera
Tras el impacto de deflexión de Dimorphos, la misión Hera de la ESA será lanzada en noviembre de 2024 hacia el sistema binario Didymos, comenzando su minuciosa «investigación en la escena del crimen» a finales de 2026. Al recoger los datos in situ, Hera contribuirá a convertir el experimento de impacto a gran escala de DART en una técnica de desvío de asteroides comprendida en profundidad y repetible, y que podrá aplicarse en el futuro si en algún momento se descubre un asteroide que se dirija hacia la Tierra.